Teniendo en cuenta cómo está el patio global me parece un tanto fuera de lugar publicar entradas de haikús y acuarelas. Estamos asistiendo bastante en directo a una masacre, genocidio en Gaza , (aunque Almeida no lo vea), contra el que sólo una parte de la sociedad levanta la voz. Una guerra interminable en Ucrania, donde, como en nuestra guerra civil se prueban las nuevas armas, picando la carne de los que participan y engrosando las barrigas de los que las venden y la mayoría de la sociedad nos dejamos llevar... De hecho nos hemos acostumbrado y lo consideramos normal, inevitable o incluso se aplaude. Otras veces por mucho menos he levantado mi inútil voz desde aquí para denunciar situaciones o hechos, que mi forma de entender la vida, no podía tolerar. No valía de nada, si acaso para limpiar o más bien creer limpiar mi conciencia. Pero ahora, sinceramente me siento superado, desilusionado, impotente. Se aumentan los gastos de "defensa" ( o sea de guerra). Nos encaminamos posiblemente a conflictos globales en los que no seremos ya observadores que miran para otro lado, sino participantes de ellos y no hacemos nada...
Escribir haikus y pintar acuarelas, no ayuda precisamente, pero ante los rebuznos que tengo a mi alrededor me sirven para no perder la paz interior y no convertirme en otro altavoz al servicio del odio y el egoísmo camuflado
El caballito
otra vez sin jinete.
Fin de agosto.
Brisa del mar.
El vaivén del visillo
Olor a incienso
Haciendo zazen con la ventana abierta para que la brisa mitigue en lo posible el calor, el visillo se mueve elegantemente en ondulaciones cautivantes. Unido con el olor de incienso fue un momento que me "tocó"
"Calma blancor"
En movimiento sólo
un barco sin velas
Por las mañanas en verano, si la meteo lo favorece hay unas calmas que unida a la bruma generan lo que se llama calma blancor. Todo tiene una tonalidad de grises, nada es capaz de moverse. Sólo las cigarras cantan informando del calor pegajoso que hace. No se distingue el cielo del mar... Solo un barco de vela utilizando sus velas Diesel" altera la superficie del mar
Claro de luna.
Recordar habaneras
en la orilla
Nos gusta en la luna llena de agosto bajar a la orilla del mar a tomar una cena fría y ver salir a la luna cuando se levanta pausadamente tan roja sobre el horizonte. Por muchas veces que la vea, me sigue fascinando. Sin pretenderlo me encuentro tarareando las viejas habaneras que aprendí en mi niñez
Cuarto creciente.
Una racha de viento
mueve las ramas
El joven sol
se derrama tras la nubes.
Calma chicha
El sol, sin prisa
busca el horizonte.
Lo entiendo...
Noche de luna.
El murmullo del mar
con la marea
Playa de la Concha. el cambio de marea genera corrientes que hacen sonar el mar muy conjuntadamente con la luna y las luces de la ciudad.
Ojalá haya contribuido, aunque sea en una dosis minúscula a transmitir un poco de esa paz que disfruté cuando escribí los haikus
